Las 3 traiciones al Rey Lobo

Por tres veces Pedro negó a Jesús y en esas mismas ocasiones fue traicionado Muhámmad ibn Mardanis, el Rey Lobo de Murcia, ciudad donde falleció el 28 de marzo de 1172 a manos de los invasores almohades.

En tiempos pretéritos que ya nublan la memoria, Ibn Mardanis fue rey de la taifa más extensa, rica y poderosa desde la desaparición del Califato de Córdoba. La Taifa de Murcia con capital en Monteagudo. En ella se incluían las actuales Comunidad Autónoma de Valencia, Murcia, Albacete, Almería, Jaén, Granada y partes de Málaga, Sevilla, Córdoba, Ciudad Real, Guadalajara y Cuenca.

Este vasto territorio había sido posible conseguirlo gracias a sus alianzas con los reinos cristianos, la contratación de mercenarios, tanto peninsulares como ultramontanos principalmente de Italia y diversas vinculaciones con caudillos locales. Aunque no por ello estaba exento del pago de tributos a los reyes del norte, con los que incluso llegó a firmar el Tratado de Sahagún, para tener una constancia jurídica con garantías y arbitraje en esos pagos, en este caso concreto para el rey de Aragón.

Aunque todo no iba a ser poder, riqueza y abundancia. Ese estado comenzaría a llegar a su fin con la invasión de los almohades. Los guerreros fundamentalistas llegados desde el norte de África traían una fuerza arrolladora que arrasaba todo cuanto se les interponía en su camino. Para su interpretación rigorista del islam en la Península, las costumbres de los mahometanos locales se habían relajado en exceso y la fe debía ser revitalizada, por no hablar de la, en ocasiones, confraternización con los infieles.

Los almohades eran la gran amenaza existencial tanto para el reino de Muhámmad ibn Mardanis, como para los reinos cristianos. Por lo que el Rey Lobo se constituyó como la primera línea de defensa contra la invasión africana, con la ayuda y colaboración de las tropas de León, Castilla y Aragón. Y aún así, el territorio gobernado desde Monteagudo iba disminuyendo de forma continua e inexorable.

La 1ª traición: Ibn Hamushk

La 1ª traición con solera a la que tuvo que hacer frente Muhámmad ibn Mardanis fue la de su suegro, Ibrahim ibn Hamusk, que se puso de parte de los invasores almohades. Esto fue un duro golpe para el Rey Lobo, pues su suegro controlaba la comarca del Segura, en los límites de las actuales Jaén, Granada, Almería y Murcia, lo que llevaba en la práctica a la pérdida de sus dominios en Andalucía. Consecuencia de esta traición Mardanis, tras abandonar a su esposa, supuestamente llamada Zobeida, entró en guerra con su ya exsuegro. Ahora la confrontación era contra sus ya conocidos enemigos mortales y contra sus antiguos aliados. Pese a lo duro y encarnizado de los combates, no pudo evitar la entrada de los invasores en las tierras que ya eran propiamente el Reino de Murcia.

La 2ª traición: los "Alfonsos"

La cacería que había comenzado años antes en Isbiliya estaba a punto de finalizar. Fahs al-Yallab, la gran batalla, la definitiva, en la que las huestes almohades y las maltrechas tropas del emir Mardanis medirían sus fuerzas, tuvo lugar en las proximidades de la actual Alhama de Murcia. En ella, el ejército defensor fue prácticamente destruido, consiguiendo huir su caudillo y parte de su desorganizada tropa a la ciudad de Murcia, intramuros.

Desde allí, Muhámmad ibn Mardanis envió mensajeros pidiendo ayuda a sus aliados, Alfonso VIII de Castilla y Alfonso II de Aragón del que, incluso, era tributario. Con la ciudad sitiada por el enemigo, esperaba la llegada de las tropas que enviaran en su socorro los “Alfonsos”. Unas tropas que nunca llegaron: La 2ª y 3ª traición se habían consumado. Así que, con la vega del Segura saqueada y destruida, la ciudad sufriendo asedio, sus tropas exiguas, la traición ya confirmada, y su salud seriamente comprometida por heridas en combate y enfermedades, en su lecho de muerte pidió a sus hijos que negociaran la capitulación de la ciudad y se unieran a las fuerzas almohades. Ruegos que cumplieron.

El Rey Lobo en Las Lágrimas del Temple

Muhámmad ibn Mardanis aparece en Las Lágrimas del Temple al ser un personaje crucial de esa época en la zona en la que se desarrolla la historia, Caravaca y otras partes de la Región de Murcia en 1172. En esta narración el Rey Lobo cuenta con el apoyo de los ejércitos de ambos reyes, y también con la participación de las órdenes militares asentadas en la zona, como la Orden de San Juan del Hospital de Jerusalén o la Orden de los Pobres Compañeros de Cristo del Templo de Salomón. Así como otras situaciones que deberán ser descubiertas por el lector...


Nota: Imagen del castillo de Monteagudo, titulada "Tempestas Christus", ha sido extraida de la web Flickr.


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